Herrumbre, ruinas y escombros.
Y la soledad y el silencio
aullando a través del espejismo.
Y ahí están sus maestranzas inactivas,
las bateas sedientas,
los cachuchos destrozados
y las canchas con sus vientres vacíos
bostezando quietud al sol y al viento.

(Ivo Serge)


En el Norte Grande chileno, en el sector denominado Pampa del Tamarugal, encontramos los recuerdos de uno de los períodos más esplendorosos de la historia del país. A 47 kilómetros de Iquique, en la comuna de Pozo Almonte, se encuentran las Oficinas Salitreras Humberstone y Santa Laura. Estas oficinas salitreras son especialmente célebres por haber sido las únicas del mundo en extraer el nitrato natural a escala industrial, debido a que es precisamente en el desierto chileno donde se encuentra en una mayor concentración.



Gran parte de su desarrollo fue consecuencia del uso del ferrocarril, introducido a fines del 1800. Gracias a este medio de transporte privado, fue posible la vinculación de las zonas productivas con el puerto para conducir el salitre. Como dice Rivera Letelier, en él se movilizaron “mineros, artistas, oportunistas, vendedores ambulantes, estafadores, prostitutas, etc.”. Hacia 1889, Humberstone era una de las oficinas salitreras más grandes de Tarapacá y Antofagasta.
Debido a la crisis económica mundial de 1929, denominada la Gran Depresión, las oficinas tuvieron que suspender sus actividades, retomándolas en 1933, bajo el mando de la Compañía Salitrera de Tarapacá y Antofagasta (COSATAN).



En 1934 al retomarse las funciones, la oficina La Palma fue rebautizada con el nombre de Santiago de Humberstone, en honor a James Thomas Humberstone (don Santiago), ingeniero químico inglés que introdujo el Sistema Shanks, el cual marca el período de auge de la historia de las salitreras. Entre los años 1933 y 1940, Humberstone logró su momento de mayor desarrollo, llegando a albergar una población de 3.700 habitantes. La administración inglesa le dio un carácter de ciudad a Humberstone. Por ejemplo, se crearon la escuela y el hospital, a la vez que el hotel, el teatro, el cual recibió artistas de fama mundial; la piscina, la pulpería, entre otras instalaciones. El esplendor que quería darse a la ciudad, se ve reflejado en la rigurosidad que daban los administradores ingleses en el cumplimiento de sus normas sociales. Por ejemplo, al contratarse un nuevo empleado era vestido con suma elegancia (traje negro, sombrero hongo, zapatos de charol, reloj de plata, etc.), que debía ser usado todas las noches en la comida presidida por el administrador. En cuanto al Club Social, cuando se realizaban los bailes, a los asistentes se les entregaba una ficha con un número, roja para los hombres y una blanca para las mujeres, como los números eran repartidos al azar nadie sabía hasta el final con quien le iba tocar bailar esa noche, produciéndose los encuentros y situaciones variadas y divertidas.



En Abril de 2006 y con el apoyo del Regimiento “Cazadores” del Fuerte Baquedano y de un empresario privado del transporte iquiqueño, fueron trasladados  a la ex oficina salitrera Humberstone varios elementos ferroviarios que se encontraban abandonados en la antigua Estación de El Colorado y que fueron dados en comodato a la Corporación Museo del Salitre por la compañía Ferronor.
Fueron transportados una Locomotora de 18 toneladas (En la foto de abajo), un vagón de similar peso, un pescante, romanas y una balanza.



Las fotografías de este post son una colaboración de:
- Daniela Oliva Aguilera de Angol.
- Lucía Maldonado Oliva de Angol.
- Barbara Nicole Torres C de Villarrica.
- Mauricio Concha Vega de Santiago.
Fuente: educarchile

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